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domingo, 17 de agosto de 2014

En un momento (regresamos...)

En un momento las cosas comienzan a cambiar, el pasado que veíamos con nuestros ojos
ahora debemos verlo a través del lente de una cámara o a través de los recuerdos furtivos que nos produce la conexión sináptica de nuestras neuronas.
En un momento todo lo que antes tenías, a lo que estabas acostumbrado, ha cambiado de tonalidad
y tú no te diste cuenta de lo que pasó hasta que era demasiado tarde, trataste de adaptarte, mirando sólo lo que pasaba en tu interior y nunca pudiste levantar la mirada, ya que eso te producía un temor incontrolable, es posible que cometieras un error, pero las cosas siempre cambian
y tú aun esperas que el cambio no sea tan drástico, crees que nada ha cambiado tanto, pero aun recuerdas esos días cuando jugabas con las grietas en la pared, producidas por un sismo que te asustaba y por lo mismo corrías, lo que ahora sólo te produce un sobresalto, pero como saliste de farra, el cansancio y la caña dejan que las paredes se derrumben y tu estás muy agotado como para salir a correr. La luz del sol ya no te agrada tanto, ahora las noches, la oscuridad, esa misma que no te permitía salir sólo al patio cuando ya no brillaba el sol, esa misma, por la cual no podías mirar bajo la cama, es ahora tu amiga, es quien te cobija mientras recorres las calles en un auto o caminando, mientras buscas un lugar donde saciar la sed. Aquellos carritos con los que formabas autopistas de gran velocidad gracias a las lineas de la alfombra o de las tablas de tu piso de madera o simplemente de tu imaginación incesante, se convierten en grandes escombros de metal que necesitan de aquel fósil destruido que cada día te cuesta algo más de dinero conseguirlo, es ahora cuando esas autopistas de tu imaginación tienen un límite de velocidad de 100km/hr, te cobran peaje y te obligan a usar cinturón, porque de lo contrario, posiblemente él ya no podría jugar más contigo, ya que ese regalo de navidad, un juguete de acción que mueve la cabeza, las piernas, los brazos y posee armas y un vestuario para cambiarle, ya ha perdido una extremidad y por lo tanto debes votarlo a la caja de tus juguetes olvidados.

Las cosas cambian y el pasado hay que dejarlo atrás, pero muchos de nosotros no deseamos que las cosas cambien, queremos permanecer jóvenes y no envejecer nunca, para poder concretar nuestros sueños de niñez, no limitar nuestra libertad y echarle la culpa de nuestros errores, a nuestra falta de experiencia e ingenuidad necesaria para nuestra corta edad... es por esto que...

para terminar esta historia, darle un final feliz, un trágico desenlace o entregar una enseñanza, te invito a que tú escribas lo quieras ver en él o lo que te gustaría que yo escribiera.
Puedes copiarlo y probar que dicen tus amigos, tal vez algunos tienen algo que decirte antes de que crezcas demasiado y ya seas tan alto que no los puedas escuchar :)

Sólo inténtalo.

...

Publicado El 06 de enero de 2009. Facebook

Pub:04/08/2010

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