Con el tiempo he desarrollado una capacidad bastante peculiar. Es una actividad que no me significa mucho esfuerzo, sin embargo, me mantiene en constante reflexión. Esta habilidad se traduce en la posibilidad de caminar por sobre las nubes, poder utilizarlas como el cemento de una ciudad, para poder avanzar por el cielo.
Gracias a mi altura y mi imaginación, logro llegar a las nubes, muchas veces, debo construir un castillo en el aire para apoyarme y hacer más sólido mi ascenso, en otras, sólo basta con mirar una fotografía o cerrar los ojos y ya está, estoy en aquel lugar de infinita paz.
Tener la habilidad de caminar en las nubes sin caer en picada, parece ser un regalo, pero, no es tan así, ya que muchas veces estas nubes se desvanecen de manera instantánea, sin previo aviso. En este punto encuentro un gran problema, porque no puedo estar confiado de ninguna de aquellas nubes que conozco en un carrete, en la universidad o a través de internet. Todas esas relaciones superficiales pueden llevarme muy alto, pero, representan la inestabilidad que una nube puede tener y como una nube que se va, se evaporan estas relaciones que en algún momento parecen tan sólidas como el asfalto que te permite caminar.
Las nubes suelen ser una muy buena protección para escapar de la realidad que nos atormenta desde allá abajo. Todas las responsabilidades y conflictos que debemos afrontar, nuestra esperanza de encontrar el amor, nuestros deseos de éxito profesional y por supuesto, el miedo a la muerte, el miedo a separarnos de nuestro entorno, perder nuestra familia, amigos y parejas. En resumen, es el miedo de despertarnos por la mañana y darnos cuenta que estamos completamente solos y somos una cucaracha en medio de este imponente mundo que sigue su rodaje sin percatarse de nosotros.
"Las nubes son tan dulces como el algodón, pero esconden en su alma un vacío que te absorbe"
=)
